La simulación de un contrato de alquiler con el objetivo de obtener una rebaja de 50 euros en la pensión alimenticia que debía pasar a su ex mujer por su hija menor, condena al padre a años de prisión por delito de estafa procesal. Según los hechos, un amigo le ayudó a simular el alquiler, y éste fue condenado a un año y medio de cárcel y al pago de 1.440 euros como cooperador necesario de estafa.
El que resultó acusado aportó en el juzgado de Gijón (donde fue resuelto su divorcio) un contrato de alquiler de vivienda que fijaba una renta de 600 euros “con la finalidad de llevar a engaño al juzgador”. Así, obtuvo que fuera rebajada la pensión alimenticia de 600 a 550 euros.
De la sentencia del Tribunal Supremo se deduce que “resulte indiscutible que el contrato del arrendamiento era una simulación y su objetivo se limitaba a aparentar una relación contractual pero sin una situación fáctica extracontractual que la sustentara”. De esta manera queda acreditada la conducta engañosa con el ánimo e intención del lucro al juez civil.
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